martes, 15 de septiembre de 2009

Reencuentro


Salgo de casa a eso de las doce menos veinte y bajo la calle hasta donde he quedado con los colegas, y vamos al garito de siempre. Tengo una extraña sensación en la boca del estómago... Esta noche va a ser diferente.
Nada más entrar, noto algo en el ambiente. Algo especial, algo que no suele estar ahí, que me hace sentir bien, pero a la vez, muy nerviosa.
Cinco minutos después me doy cuenta de lo que es. Hay unos ojos clavados en mí. Unos ojos que conozco perfectamente, y que hacía mucho tiempo que no miraba.
Me acerco a él y le saludo.
- ¿Qué pasa?¿Cómo tú por aquí?
- Ya ves... Te invito a cerveza.

Acepto de buena gana y me siento con él en la barra, pasando de mis amigos, pero sé que a ellos no les importa. Saben perfectamente quién es esa persona.
Comenzamos a hablar... Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que hablamos así, cara a cara, y cuesta.
Me siento en una nube, nunca pensé que volveríamos a vernos... y menos así, de esta manera. La cerveza se acaba, pero no las ganas de más, así que me adelanto y le invito a otra.
... Y otra, y otra, y otra...
La conversación fluye como si nunca hubiésemos dejado de hablar, como si nos viésemos todos los días, con la misma confianza de antes. Cada vez la música parece más alta y nos acercamos más y más.
... Y más...
Empezamos a decirnos todo aquello que nos deberíamos haber dicho antes. todas las cosas que nos callamos por otras personas, o por nosotros mismos. Todo es confuso y a la vez, completamente transparente.
... tan tan, llaman a la puerta otra vez....
Golfa.
Nos miramos y sonreímos. Me coge de la cintura y me atrae hacia sí.
- ¿Dónde has estado?
- Nunca me he ido.

... fui a abrir y se metió en mi casa un amanecer...
Sus labios rozan los míos, y todo fluye al ritmo de la música.

2 comentarios:

  1. (l) digamos que he tenido una experiencia simil en mis dias de estar afeitado hace años ya

    ResponderEliminar
  2. jajajaj que guay.. pues tuvo que molar jaja

    ResponderEliminar