domingo, 4 de octubre de 2009

Regreso.


- ¿Quién eres?
- No lo sé, ¿y tú?
- ¿No sabes tu nombre?
- Mi nombre da igual, tú me has preguntado que quién soy, no cómo me llamo. Y no. No sé quién soy. ¿Lo sabes tú?
- Yo tampoco sé quién soy. Pero creo que sí sé quién eres tú.
- ¿Y quién soy yo?
- No sé explicarlo.
- Vaya...
- Lo siento. Tampoco es que sepa exactamente quién eres. Solo sé, que tienes que ver conmigo.
- ¿En serio?
- Sí. ¿Qué haces en este sitio?
- Nada. Simplemente estar. Me trae bonitos recuerdos. Y a ti, ¿qué te trae aquí?
- No lo sé. Supongo que busco algo.
- ¿Y qué buscas?
- A mí mismo.
- ¿Entonces te has perdido?
- No, no me he perdido, sé perfectamente dónde estoy.
- No digo que no sepas dónde estás. Pero si te estás buscando, será que te habrás perdido.
- Supongo.
- ¿Y por qué te buscas aquí?¿Qué esperas encontrar?
- No lo sé. Supongo que a ti.
- ¿A mí?
- Sí. Pero no sé por qué. Seguía al tiempo, que me había dicho que con él encontraría aquello que perdí. Ahora le he perdido de vista.
- ¿Venías con el tiempo?
- Sí
- ¿Y qué es lo que habías perdido?
- Ya te lo he dicho. A mí mismo. Pero no exactamente. Hace tiempo, perdí el tesoro más grande que tenía. No le di mucha importancia al principio, pero después, me di cuenta de que sin ese tesoro, no era yo mismo, me faltaba una mitad. Entonces me sentí fatal. Él tiempo me dijo que con él podría recuperar el tesoro que perdí. Y por eso he regresado a este lugar, con él, buscándolo.
- Ah. Debía de ser algo muy importante para ti.
- Sí. Mucho.
- Qué lastima. A mí el tiempo también me dijo algo. Me dijo, que con él se curaría mi herida.
- ¿Estás enferma?
- Sí. Del corazón.
- ¿Y te duele mucho?
- Antes sí. A todas horas. Ahora, en este lugar, parece que estoy en calma.
- ¿ Y qué te pasó?
- Me dejaron tirada, como si fuese un juguete viejo. Aquello me dolió mucho. Es como si hubiesen tirado mi vida por el retrete. Por eso el tiempo me dijo, que con él me curaría. Y también me acompañaba, hasta que llegué aquí.
- Antes has dicho que venias aquí porque te traía recuerdos. Eso quiere decir que habías estado aquí antes.
- Sí.
- ¿Por qué te trae esos buenos recuerdos?
- Porque aquí fui completamente feliz.
- Qué curioso, yo también.
- ¿Sí?
- Sí. Aquí descubrí lo que era ser feliz. Aquí fue donde encontré ese tesoro del que te hablaba. Me acostumbré a tenerlo siempre cerca. Era como una especie de droga. Luego, cuando dejé este lugar, lo perdí.
- ¿Y por eso has vuelto aquí? Pensaste que tu tesoro seguiría aquí esperándote. Y me has encontrado a mí.
- Sí. Eso me ha pasado.
- ¿Y te has encontrado?
- Sí. Y tú,¿ te has encontrado?¿ Te sigue doliendo?
- No, ya no me duele.
- Me alegro de haberte encontrado.
- Y yo de que me encontrases.
- Perdóname.
-Estás perdonado.

viernes, 2 de octubre de 2009

Parece mentira.


- ¿Qué haces aquí tú sola?
- Estoy viendo los dibujos animados.
- ¿Qué dices de los dibujos animados? Anda, entra, que te vas a quedar muerta de frío.
- Prefiero el chocolate caliente.
- No voy a prepararte nada.
- ¿Cuándo vas a dejar de hacer eso?
- ¿Cuándo voy a dejar de hacer el qué? Deja de decir gilipolleces.
- ¿A que jode? No. No estoy diciendo gilipolleces. Eres tú el que las dice.
- No se qué coño estás diciendo.
- Sin embargo yo si sé entenderte, porque te conozco mejor que nadie.
- Es que te echaba de menos.
- Pues haberlo dicho desde un principio.
- Me daba vergüenza.
- Parece mentira... ¿Cuándo tenías pensado dejar de fingir?
- Tenía miedo.
- Yo también.